
En el Córdoba Golf Club trabajamos todos los días para acompañar a nuestros chicos y chicas en su crecimiento dentro del golf. Y aunque muchos llegan para mejorar su técnica, lo que termina pasando es mucho más profundo: el golf juvenil se convierte en un espacio donde se forman hábitos, valores y habilidades que sirven para la vida misma.
Valores y decisiones que afectan a la responsabilidad y al manejo de emociones
Desde muy pequeños, el golf les enseña a tomar decisiones con calma. Antes de cada golpe tienen que pensar qué palo elegir, cómo está el viento, qué riesgo vale la pena asumir. En este juego, van incorporando una forma de razonar que también aplican en la escuela, en la casa y en su vida diaria.
La responsabilidad personal es otro eje fuerte e importante en el golf. En el field no hay árbitros vigilando, es decir, ellos mismos anotan su tarjeta, cuidan el campo, corrigen piques y reponen divots. Cuando un menor señala un error sin que nadie se lo pida o admite un mal golpe sin excusas es un valor que no a muchos niños les sucede, menos a tan corta edad. Acá entendemos que el aprendizaje va mucho más allá del deporte.
Y, por supuesto, el golf es una prueba emocional permanente. Hay días en los que todo fluye y días en los que la bola no quiere entrar. Aprenden a aceptar errores, respirar, reconectar y seguir adelante, es una herramienta valiosísima para construir resiliencia desde tan temprana edad.
Concentración y Crecimiento
La concentración es un factor clave en este deporte: el silencio en el swing, la rutina previa al golpe y la necesidad de la atención en las jugadas en cada momento ayudan a que los chicos desarrollen un foco que después se nota en todas sus actividades.
Este deporte, además de las diferentes habilidades que mencionamos, también impacta en lo físico: equilibrio, fuerza, coordinación, movilidad y control corporal.
El Córdoba Golf Club: creador de hábitos que forman personas
Detrás de cada clase y cada ronda, hay valores que se van reforzando: llegar a horario, preparar el equipo, respetar turnos, saludar, seguir normas de etiqueta, cuidar la cancha. Son pequeños gestos que, con el tiempo, forman grandes hábitos.
Por eso en el Córdoba Golf Club apostamos a nuestro semillero. Sabemos que el golf juvenil construye habilidades reales para la vida. Lo vemos en su evolución, en su actitud, en ese entusiasmo que traen cada vez que pisan la cancha. Para nosotros, ese es el verdadero logro.



